Montesinos hace metáfora una bota del portero Iker Casillas

La bota le llegó al mensajero con barro de Las Rozas. Iker Casillas no desenfundó un nuevo par de zapatos con tacos para la ocasión. El portero prefirió añadirle a la obra de arte un poco de fundamento y del terreno de juego, el calzado llegó directo a la fotografía sin pasar por el vestuario. ¿Para qué? Así la recogió un día el artista Román Montesinos con todas las cicatrices del que se rompe los cuernos en un campo de hierba y con la ilusión de materializar un encargo. Se trataba de sumar una nueva propuesta a las más de 300 que forman parte de la colección “Andante” y que hoy se pueden ver en el Macuf y en Lledó Iluminación, después de que al padre de la iniciativa, Ramón Álvarez, se le ocurriera hacer algo con las hormas de zapatos de su familia en Allariz y le encargara a varios artistas conocidos que las tunearan, en una especie de homenaje a su tierra ourensana. De esto hace ya unos dos años y el proyecto crece hasta el punto de que entre los interpretadores de plantillas se cuelan modistos como Roberto Verino o Javier Cañás, y en la actualidad existe un repostero que experimenta en su cocina con pato y queso. Dice Ramón Álvarez que la idea aún no ha salido del horno pero que, en los próximos días, se presentará igual que las de otros famosos deportistas y una pieza de danza. En el caso de la composición de Casillas, esta descansa entre lámparas y viene a completar el proyecto con una metáfora “andante”, donde la pieza con cordones salta a un terreno de juego dividido en celdas que son “casillas”. Su autor quiso explotar el apellido del portero madrileño para encasillar a la bota dentro de un tablero que contrasta con el tono fosforito de la misma. Cuenta Ramón Álvarez que la semana que viene se le entregará la pieza al deportista para que la tenga de recuerdo después de que él mismo se interesara por los contenidos de la exposición y aceptara sin problema el envío de una de sus pertenencias junto a una camiseta del Real Madrid firmada. Además, hubo que tratar con la marca deportiva que lo viste para permitir que este material de trabajo traspasase la línea del fuera de juego y se pasara a otro campo, el del arte para ser fotografía conceptual, en una tienda de iluminación.