Crítica
“(…) Fiel a su cita periódica con el público, el pintor RODIM nos ofrece una buena muestra de su quehacer pictórico, dentro del género que demarca sus preferencias temáticas: el paisaje, fundamentalmente.
Pero es además, un paisaje esencialmente gallego, tanto por su extracción como por su sentimiento, como no podría ser de otro modo, y sin embargo aporta no pocas novedades dentro del panorama actual de la pintura gallega: fundamentalmente su luminosidad y profundidad, lejos de tradicionales y tópicas representaciones de brumas y cielos grises.
La razón, amén de su lúcida sensibilidad, hay que buscarla en el excelente dominio alcanzado en el manejo de la espátula, ese instrumento, a veces tan hostíl, con el que logra notables efectos de textura para crear ambientes; lejanías o superficies acuáticas.
Técnicamente, hay mucho camino recorrido en la obra de RODIM: ciertamente no estamos ante un pintor novel sino ante un consumado colorista que ha logrado descifrar los misterios del color y, lo que es aún más notable, del tono.
Todo ello, le ha permitido aceder a esta madurez creativa, que se manifiesta en la plenitud de estos bucólicos paisajes de nuestra tierra.”
R. Castro L., Pintor.