El artista cubano Silvio Rodríguez presenta su nuevo trabajo, Amoríos, el 8 de abril en A Coruña
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Desde 1952 reside en La Habana. En 1955 recibió clases de piano de Margarita Pérez Picó. En 1961 fue uno de los 100 mil jóvenes que integraron las brigadas “Conrado Benítez” y se fueron al campo a alfabetizar. El 15 de abril de ese año, tras el bombardeo a los aeropuertos, preludio del ataque por Bahía de Cochinos, se inscribió en las milicias estudiantiles.
En 1962 se inició como aprendiz y dibujante en el semanario Mella, donde tuvo como maestro a Virgilio Martínez. Allí, jugando, compuso su primera canción: “El rock de los fantasmas”. En 1963 recibió clases de piano de Amelia Fabré Obregón y matriculó en la Academia de Artes Plásticas “San Alejandro”.
En marzo de 1964 fue llamado a filas por el Servicio Militar Obligatorio. Allí, en sus momentos libres, empezó a tocar la guitarra y a componer canciones con regularidad; entonces también se presentó en los Festivales de Aficionados de las FAR. Fue dado de baja el 12 de junio de 1967. Semanas antes había conocido a Mario Romeu, pianista y director de orquesta, quien el martes 13 de junio lo presentó en el programa televisivo “Música y Estrellas”, cantando “Sueño del colgado y la tierra” y “Quédate”. Poco después, a propuesta de Juan Vilar, se vio inaugurando y conduciendo un programa llamado “Mientras Tanto”, como otra de sus canciones.
En julio de 1967 fue invitado por los poetas de El Caimán Barbudo, amigos desde el semanario Mella, a un recital en homenaje a la trovadora Teresita Fernández. En febrero de 1968, Haydee Santamaría lo invitó a cantar en la Casa de las Américas, donde compartió con Noel Nicola, Pablo Milanés, Martín Rojas, Eduardo Ramos y Vicente Feliú el concierto fundacional de la nueva trova, de la que fue uno de sus guías. Entre 1969 y 1970 viajó por las costas de África en varios barcos de pesca, en los que compuso 62 canciones. A su regreso hizo tres recitales en la sala de teatro Hubert D’ Blanck, colmada de jóvenes. A propuesta de Alfredo Guevara, fue uno de los fundadores del Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, que se especializó en la banda sonora del cine y recibió clases de Leo Brouwer, Juan Elósegui y Federico Smith.
En 1974 comenzó a grabar su primer disco en solitario, “Días y flores”, producido por Frank Fernández, que vio la luz en 1975. En 1976, cuando la Sudáfrica del apartheid invadió a Angola, recorrió dos veces los frentes de combate, cantándoles a las tropas cubanas y angoleñas.
A partir de 1977 viajó intensamente por toda América y Europa. Hizo giras y grabó con los grupos Afrocuba, Irakere y Diákara. Colaboró con la Camerata Brindis de Salas y con la Orquesta Sinfónica Nacional.
Silvio Rodríguez ha compuesto música y letra de cientos de canciones. Posee una amplia discografía. Ha musicalizado filmes, teleseries y piezas de teatro. Ha recibido numerosos premios y condecoraciones. Sus canciones han sido traducidas al francés, italiano, alemán, inglés, portugués, guaraní, ruso, chino, japonés, coreano, sueco y catalán. Ha publicado dos libros: “Canciones del mar” (Ojalá ediciones, 1996) y “Cancionero” (Ojalá ediciones, 2008).
En la década de los 90 alentó y contribuyó a la construcción de los estudios de grabación “Abdala” y “Ojalá”, en La Habana, y el “Eusebio Delfín”, en Cienfuegos. En 1985 le fue otorgado el Premio Luigi Tenco (San Remo, Italia). En 1993 fue elegido Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, de la que se retiró en 2008. En 1997 fue nombrado Artista UNESCO por la Paz. En 2004 recibió el Premio Nacional de Música; en 2006 el Premio Latino por toda una vida, de la Academia de las Artes y las Ciencias de la Música de España.
En 2007 la Universidad Mayor de San Marcos de Lima, Perú, le confirió el título de Doctor Honoris Causa. En 2008, al frente de un grupo de artistas y escritores cubanos recorrió 16 prisiones, actuando ante más de 40,000 reclusos. En 2010, luego de 30 años de exclusión, puede volver a los Estados Unidos y realiza un memorable recorrido. Poco después hace un concierto en las calles de Medellín (Colombia), otro en Ciudad Juárez, y recibe el doctorado Honoris Causa de la Universidad Veracruzana, con sede en Xalapa, México. Un año después, en 2011, recibe también el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.
Desde finales de 2010 encabeza un grupo de músicos, escritores y artistas que hacen una extensa gira por los barrios más necesitados de la ciudad de La Habana.
Amoríos: http://zurrondelaprendiz.com
Las luces del pequeño escenario se apagaron y el trovador Silvio Rodríguez salió con su guitarra para enfrentar el desafío de presentar ante unas 200 personas su nuevo álbum "Amoríos", una obra que retoma algunas canciones de décadas pasadas que nunca fueron grabadas.
En tono íntimo y con un sonido casi acústico Rodríguez lanzó el disco el lunes por la noche en la sala de conciertos del Museo de Bellas Artes, que a pesar de estar cerrado ese día abrió sus puertas para los amigos de Rodríguez, muchos de ellos músicos y compañeros de viejas andanzas en la nueva trova.
En el recital, Rodríguez, cuyas presentaciones suelen llenar estadios y convocar a miles de personas, logró entablar una cercanía especial con el reducido público.
"Dedico 'Amoríos' al pueblo de Cuba que es capaz de amar y desamar igualito a todos los que estamos aquí", dijo Rodríguez al iniciar su recital, en el cual fue presentando las 14 canciones, compuestas entre 1967 y 1980, en el mismo orden que tienen en el disco además mientras contaba anécdotas sobre algunas de ellas.
Al interpretar "Qué distracción", explicó que era una de las favoritas del escritor argentino Julio Cortázar.
"Haces bien" está dedicada a un amigo que se fue a construir un apartamento con su novia, pero se tardó tanto que ella se casó con otro. "Querer tener riendas" es para la trovadora Sara González, quien la hizo popular con su cálida y poderosa voz.
Otro de los puntos destacados fue la suite de 22 minutos "Exposición de mujer con sombrero" compuesta por cuatro canciones, de las cuales tres nunca habían sido incorporadas a un disco. La cuarta pieza de la suite suele mencionarse como la favorita para muchos de seguidores: "Óleo de mujer con sombrero".
El objetivo del trovador fue lograr un ambiente lo más cercano posible a su propio estudio de grabación: "Para que pudieran escuchar lo que nosotros oíamos sin pasar por la electrónica", aclaró Rodríguez. A sus 69 años la voz del cantautor se escuchó nítida y firme por más de una hora.
Rodríguez estuvo acompañado por su esposa, la flautista Niurka González, en algunos temas. También lo apoyaron músicos en el piano, contrabajo y percusión.
En esta ocasión el trovador se abstuvo de hacer comentarios políticos o de actualidad e insistió en que el tono de sus canciones era de amor y de corte intimista.
"Me emocionó que él tenga la gentileza de estrenar un disco con sus amigos. Eso es sobrecogedor", comentó a la AP, el cantautor Amaury Pérez, uno de los asistentes al concierto junto a sus colegas Vicente Feliú, Augusto Blanca, Carlos Varela y Kelvis Ochoa. También estaba el guitarrista y director de orquesta Leo Brouwer.
"Fue un concierto exquisito, todos los músicos tocando sin querer sobresalir, todos ajustados", agregó Pérez, al reconocer lo difícil que es presentar un trabajo ante un público de músicos.
Rodríguez es considerado uno de los más importantes e influyentes cantautores cubanos. Desde la creación de la nueva trova en los años 60 su obra le dio voz a la revolución cubana, lo que le generó críticas y adhesiones viscerales. Su música y sus prolíficas composiciones de fuerte acento poético son una suerte de banda sonora de la vida de varias generaciones de latinoamericanos.
Fotografía: http://zurrondelaprendiz.com/
R.