Xesús Alonso Montero opta a la presidencia de la Real Academia Galega (RAG) con una candidatura que incluye a Rosario Álvarez
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El académico ha destacado que la RAG es el único organismo que, por Ley, puede definir "el cuerpo y el alma" del código idiomático, y la única "facultada" para establecer los criterios "con los que se elabora la norma culta" de la lengua, tanto en su forma escrita como oral. En este sentido, ha asegurado que trabajará "al servicio de lo que es la esencia misma de la Academia", que "no debe confundirse nunca con ninguna otra institución". "Nadie nos debe suplantar", ha asegurado, en alusión al "ruxe ruxe" que circula en la prensa de que "se va a diluir en un ente extraño" con otras entidades.
"Nada de eso, otra cosa es que la Academia pueda coordinar algunas actividades con instituciones que a veces trabajan en estos ámbitos", quiso aclarar, sobre la polémica suscitada estas semanas acerca de una hipotética fusión de la RAG con el Consello da Cultura y otros organismos culturales. Una posibilidad que niega y rechaza totalmente.
Alonso Montero también admite que le "gustaría" poder alcanzar un acuerdo con Manuel González para presentar una candidatura conjunta, aunque tiene "la impresión de que no es fácil" a causa de la cercanía del 17 de mayo. "Tengo la impresión de que no es fácil. Porque da la impresión de que no hay mucho tiempo. Todos pensamos que convendría que esté constituida en sus órganos directivos con normalidad por lo menos días antes del 17 de mayo, para que no quede deslucido por ninguna otra cuestión".
Preguntado por las polémicas e inquietudes de algunos académicos que se hicieron eco en la prensa, entre ellas la falta de explicaciones sobre las contrataciones en la entidad, el académico ha opinado que la directiva anterior "puso punto y final" a las polémicas "con la dimisión del presidente", aunque cree que esta decisión "no fue buena", como manifestó en una carta abierta. Asimismo, ha recordado que en las intervenciones durante el Plenario en el que se abordó la renuncia de Méndez Ferrín trató de evitar esa dimisión, dado que "pensaba que era mala para la Academia y que no era buena para él".
"Aunque quien soy yo para decirle a una persona lo que no es bueno para él, habría que estar en sus interioridades", reflexionó, para añadir posteriormente que con "los datos" que tenía, pensaba que se trataba de algo "malo" para el entonces presidente de la RAG. A partir de ese momento, insiste, "se abre un nuevo periodo" que es en el que se encuentran en estos momentos, aunque ha recordado que todavía "puede aparecer una tercera o una cuarta" candidatura. "Desde ahí hay que trabajar".
R.