Fernando Botero. Abu Ghraib-El Circo contrapone la fiesta del circo con la pesadilla de las torturas
La Casa das Artes de Vigo acoge hasta el 1 de febrero de 2009 la exposición 'Fernando Botero. Abu Ghraib-El Circo', una muestra con un total de 95 obras en las que se contrapone la "fiesta y el aspecto lúdico" del circo, con la "pesadilla, horror y destrucción" de las imágenes de tortura en la prisión de Abu Ghraib, en Irak, y que llega a la ciudad olívica de la mano de la Fundación Caixa Galicia.
Esta exposición consta de dos series: la del circo, integrada por 25 pinturas y 24 dibujos; y la de Abu Ghraib, formada por 24 pinturas y 22 dibujos de este artista colombiano. La muestra, que ya ha visitado países como EE.UU., Grecia, Alemania o Italia, podrá verse por primera vez en el norte de España, tras haber estado expuesta en el Institut Valencià d'Art Modern (IVAM).
Según explicó en rueda de prensa el propio Fernando Botero, la creación de los cuadros de la serie Circus supuso una "celebración de la vida" y una "cura" después de los 14 meses en los que estuvo pintando la serie Abu Ghraib, y que él mismo definió como "una pesadilla". Así, Botero contrapuso la oportunidad de hacer uso de colores antes inéditos en su obra con la serie dedicada al mundo circense, mientras que definió las pinturas sobre la prisión iraquí como una "denuncia ante un acto inaceptable de des-civilización". Botero explicó que las obras de Abu Ghraib fueron donadas a la Universidad de Berkeley, en California, donde la exposición tuvo una "fantástica acogida", y afirmó que dichas obras "no podían ser vendidas porque no se puede comerciar con el dolor humano". Asimismo, recordó que no es la primera vez que la violencia está presente en su obra, ya que ha hecho series relacionadas con las dictaduras en Latinoamérica o con la complicada situación de su país de origen, Colombia.
Fernando Botero aseveró que "desgraciadamente el arte no puede cambiar el mundo" y puso como ejemplo el Guernica de Picasso, una obra de denuncia que, sin embargo, no impidió que Franco continuara en el poder. No obstante, precisó que, con el cambio de Gobierno en EE.UU., "el que va a cambiar el mundo es Obama". El artista, que confirmó que en la actualidad continúa trabajando en la temática circense, explicó que el público norteamericano, tuvo una reacción heterogénea con respecto a su serie Abu Ghraib, ya que, mientras muchos lo animaron y aplaudieron, como en la Universidad de Berkeley; otros enviaron cartas y llamaron a la galería de Nueva York donde la expuso para criticarlo e incluso insultarlo.
Fernando Botero nació en Medellín, Colombia, en 1932 y a principios de los años 50 se trasladó a Bogotá, donde entró en contacto con los intelectuales más destacados de su país. En 1951 presentó sus dos primeras exposiciones y ganó un premio, que le permitió costearse un viaje a Europa, donde visitó Barcelona y Madrid. Tras en España, Italia y volver a Colombia, en 1956 se instaló en México y, un año después, expuso en Nueva York, donde se iría a vivir posteriormente. A partir de los años 60 su obra empezó a tener repercusión internacional y el reconocimiento de los críticos y, a partir de los 70, comenzó a trabajar en la escultura.
Desde entonces, la importancia de su obra no ha dejado de crecer y ha expuesto en los principales museos del mundo, entre ellos el Guggenheim, el Metropolitan y el MOMA de Nueva York; el Museo Nacional de Coloombia; el Museo Reina Sofía; el Museo Ho-am de Seúl; el Museo de Arte Contemporáneo de Hiroshima; o el Museo de Arte Moderno de Viena, entre otros.
El comisario de la exposición, Fernando Castro, subrayó la importancia de la muestra dentro de la carrera de Botero y abogó porque la muestra genere "reflexión, debate y pasión" entre el público vigués. Mientras, la directora de la Fundación Caixa Galicia, Teresa Porto, recordó que esta entidad apuesta por Vigo para los grandes eventos, al igual que ya hizo el año pasado con la exposición de Tamara de Lempicka.
El teniente de alcalde de Vigo, Santiago Domínguez, mostró su satisfacción por la elección de la ciudad para acoger esta muestra que supone, en su opinión, un "compromiso con una sociedad más justa y humana", y auguró que "Vigo y los vigueses van a responder porque están comprometidos en contra de la violencia".
Esta exposición consta de dos series: la del circo, integrada por 25 pinturas y 24 dibujos; y la de Abu Ghraib, formada por 24 pinturas y 22 dibujos de este artista colombiano. La muestra, que ya ha visitado países como EE.UU., Grecia, Alemania o Italia, podrá verse por primera vez en el norte de España, tras haber estado expuesta en el Institut Valencià d'Art Modern (IVAM).
Según explicó en rueda de prensa el propio Fernando Botero, la creación de los cuadros de la serie Circus supuso una "celebración de la vida" y una "cura" después de los 14 meses en los que estuvo pintando la serie Abu Ghraib, y que él mismo definió como "una pesadilla". Así, Botero contrapuso la oportunidad de hacer uso de colores antes inéditos en su obra con la serie dedicada al mundo circense, mientras que definió las pinturas sobre la prisión iraquí como una "denuncia ante un acto inaceptable de des-civilización". Botero explicó que las obras de Abu Ghraib fueron donadas a la Universidad de Berkeley, en California, donde la exposición tuvo una "fantástica acogida", y afirmó que dichas obras "no podían ser vendidas porque no se puede comerciar con el dolor humano". Asimismo, recordó que no es la primera vez que la violencia está presente en su obra, ya que ha hecho series relacionadas con las dictaduras en Latinoamérica o con la complicada situación de su país de origen, Colombia.
Fernando Botero aseveró que "desgraciadamente el arte no puede cambiar el mundo" y puso como ejemplo el Guernica de Picasso, una obra de denuncia que, sin embargo, no impidió que Franco continuara en el poder. No obstante, precisó que, con el cambio de Gobierno en EE.UU., "el que va a cambiar el mundo es Obama". El artista, que confirmó que en la actualidad continúa trabajando en la temática circense, explicó que el público norteamericano, tuvo una reacción heterogénea con respecto a su serie Abu Ghraib, ya que, mientras muchos lo animaron y aplaudieron, como en la Universidad de Berkeley; otros enviaron cartas y llamaron a la galería de Nueva York donde la expuso para criticarlo e incluso insultarlo.
Fernando Botero nació en Medellín, Colombia, en 1932 y a principios de los años 50 se trasladó a Bogotá, donde entró en contacto con los intelectuales más destacados de su país. En 1951 presentó sus dos primeras exposiciones y ganó un premio, que le permitió costearse un viaje a Europa, donde visitó Barcelona y Madrid. Tras en España, Italia y volver a Colombia, en 1956 se instaló en México y, un año después, expuso en Nueva York, donde se iría a vivir posteriormente. A partir de los años 60 su obra empezó a tener repercusión internacional y el reconocimiento de los críticos y, a partir de los 70, comenzó a trabajar en la escultura.
Desde entonces, la importancia de su obra no ha dejado de crecer y ha expuesto en los principales museos del mundo, entre ellos el Guggenheim, el Metropolitan y el MOMA de Nueva York; el Museo Nacional de Coloombia; el Museo Reina Sofía; el Museo Ho-am de Seúl; el Museo de Arte Contemporáneo de Hiroshima; o el Museo de Arte Moderno de Viena, entre otros.
El comisario de la exposición, Fernando Castro, subrayó la importancia de la muestra dentro de la carrera de Botero y abogó porque la muestra genere "reflexión, debate y pasión" entre el público vigués. Mientras, la directora de la Fundación Caixa Galicia, Teresa Porto, recordó que esta entidad apuesta por Vigo para los grandes eventos, al igual que ya hizo el año pasado con la exposición de Tamara de Lempicka.
El teniente de alcalde de Vigo, Santiago Domínguez, mostró su satisfacción por la elección de la ciudad para acoger esta muestra que supone, en su opinión, un "compromiso con una sociedad más justa y humana", y auguró que "Vigo y los vigueses van a responder porque están comprometidos en contra de la violencia".
R.