Un alto cargo de la Xunta afirma que el proyecto de Monte Gaiás nunca tuvo presupuesto
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El compareciente ha explicado que hasta que no existen los proyectos ejecutivos no se puede decir que el proyecto se haya ido del presupuesto y que los créditos han sido sobrepasados, y ha indicado que al «sumar cantidades» se llegó a una mayor que es la del «papelito, que es nulo de pleno derecho». Álvarez Rey se ha referido de este modo al documento firmado por el ex secretario general técnico de la Consellería de Cultura, Andrés González Murga, el ex director de Patrimonio, Ángel Sicart y el arquitecto ganador del concurso de ideas para el proyecto, Peter Eisenmann, en el que se establecía la cantidad de 132 millones de euros. Este documento, según el propio González Murga, que también ha comparecido hoy, fue «una declaración de intenciones sin valor contractual», a pesar de que en otro momento de su intervención ha dicho que fue «tomado como base» para hacer el contrato del proyecto básico, de resalteo y explanación. Álvarez Rey ha recalcado sobre este documento que podía ser «rebasado» porque era una «declaración de intenciones» en la que se reconocen los honorarios del arquitecto «y nada más», y ha apuntado que no permite hacer un «cálculo cierto» de los proyectos de ejecución. González Murga ha indicado que al coste de las bases del concurso, 108 millones de euros, hubo que sumarle los gastos de IVA y beneficios industriales, lo que elevó la cifra del primer contrato a 132 millones de euros, ya que Eisenmann no había estimado el sistema tributario español. El ex alto cargo de la Xunta se ha mostrado «orgulloso» de participar en la gestión de la Ciudad de la Cultura. «Esto no es una galescola, ni 50 kilómetros de carretera ni un grupo de viviendas», ha declarado y se ha mostrado convencido de la rentabilidad del proyecto, «siempre y cuando los responsables sean personas adecuadas». «No como los que están ahora», ha dicho.
Por otra parte, el actual arquitecto responsable de la dirección facultativa de las obras y autor de los proyectos de ejecución, Andrés Perea, ha afirmado que dichos proyectos se ajustaron a los precios de mercado y ha informado de que la desviación de los mismos es de 28.000 euros. Perea ha dicho que este aumento de coste se debe al incremento de superficie de casi 22.000 metros cuadrados y a diferentes soluciones técnicas aportadas por su equipo en algunos edificios. Sin embargo, no ha comentado la consideración del representante socialista Xaquín Fernández Leiceaga referida a que si los proyectos ejecutivos, que rebasan los 300 millones de euros, se ajustaron al precio de mercado, «quizá el proyecto básico firmado por Peter Eisenmann por 132 millones no lo estaba». Perea ha destacado que la paralización «parcial y temporal» de dos edificios durante catorce meses ordenada por el actual Gobierno «ha ralentizado» el ritmo de las obras, aunque eso «ha significado poco, porque no se ha dejado de trabajar». En cualquier caso, el arquitecto ha destacado que ha trabajado en pocos casos en los que no se haya producido una alteración en el proyecto debida a cambios de Gobierno. «Y cuanto mayor el proyecto, mayores alteraciones», ha concluido. En relación con el coste que aparece recogido en los presupuestos de ejecución -373 millones-, el arquitecto Andrés Perea, de la UTE Andrés Perea-Euroestudios, ratificó que "la solución" a las "carencias" del proyecto básico de Peter Eisenman se hizo "cotejando con 33 empresas" los "precios de mercado" y evaluando otros proyectos similares en cuanto a "singularidad" arquitectónica. Hasta el punto que cuantificó el coste medio del metro cuadrado de la Cidade da Cultura en 2.400 euros, "similar" al del Museo de Arte Contemporáneo (Marco) de Vigo (2.400 euros) e inferior al del Centro de las Ciencias y las Artes de Valencia (3.079), la ampliación del Museo Reina Sofía (3.285 euros) o la ampliación del Museo del Prado (4.000 euros). Andrés Perea reconoció que "nunca ha llevado a cabo un trabajo con este" -en el que asumió el desarrollo del diseño de otro arquitecto- y admitió que "no lo va a volver a hacer"; pero consideró "un privilegio" participar en la CdC, a la que se refirió como "obra maestra" de Eisenman, "uno de los grandes arquitectos del último cuarto del siglo XX". También recalcó que esta obra arquitectónica "se esté realizando en Galicia" y resaltó la "calidad" del sector de la construcción gallego.
Otro de los asuntos que centraron el debate fue el documento firmado el 26 de abril de 2000 por los entonces secretario xeral de Cultura, Andrés Gómez Murga, y el director xeral de Patrimonio Cultural, Angel Sicart, con Peter Eisenman, donde se fija el presupuesto de la contrata en 132,2 millones, la superficie construida y honorarios facultativos para el arquitecto de 13,9 millones de euros. Sobre este asunto, los ex altos cargos de Economía y de Cultura expusieron hoy en la comisión de investigación que, como reconoce el informe del Consello de Contas, este documento es "nulo de derecho" y no implica "ni vinculación económica ni administrativa" para la Xunta, sólo "un protocolo de intenciones".
En cuanto a la supuesta "urgencia" en la adjudicación de los dos últimos edificios del complejo por un gobierno de la Xunta (PP) en funciones, el ex alto cargo de Economía afirmó que al alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo (PSdeG), como "patrono fundador" del Patronato de la CdC "le interesaba que se agilizasen las obras antes de las elecciones". Los ex altos cargos de Economía y de Cultura aseguraron que, pese a las distintas interpretaciones sobre las leyes a aplicar y los trámites administrativos seguidos, se actuó "de acuerdo a la legalidad". González Murga admitió "tener la conciencia tranquila" y "sentirse orgulloso" de su participación en el proyecto de la CdC, "sin precedentes" en Galicia y "singular"; al tiempo que advirtió de que "esperamos" que los nuevos responsables de la Xunta "sean capaces de continuarlo".
Los miembros del BNG y del PSdeG en esta comisión esgrimen la "falta de control presupuestario" en los datos del informe del Consello de Contas referido a 2004 para aludir a "desviaciones" en los costes. Así, señalan que de los 108 millones de euros fijados en el concurso de ideas que eligió el proyecto de Eisenman en 1999 se pasó "en nueve meses" -mediados de 2002- a la cifra de 132,2 millones que aparece en "un acuerdo previo al contrato" entre Xunta y arquitecto; para llegar a principios de 2004 con un presupuesto de 373,3 millones con los proyectos de ejecución redactados y una licitación final de 373,03 millones.
R.