La colectividad gallega de Buenos Aires homenajea a Castelao
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Hacia las 19 horas, acompañado por gaiteros y abanderados portando las banderas de Galicia, Argentina y la tricolor adoptada por decreto del 27 de abril de 1931 del Gobierno provisional de la Segunda República española, enseñas del Bloque Nacionalista Gallego y el estandarte de la Federación de Sociedades Gallegas, se hizo presente el presidente de la misma, D. Francisco Paco Lores Mascato, quien realizó una ofrenda floral ante el busto de Castelao.
Al dirigirse al público presente –en lengua gallega- Lores expresó su voluntad desde hace varios años de realizar éste homenaje en forma conjunta con toda la colectividad. Explicó también la ausencia de la bandera española considerando, sin que se trate de una cuestión de índole personal, que la bandera cuya presencia corresponde es la republicana, por haber tomado parte Castelao por la República durante la guerra civil. Se refirió también a la personalidad del homenajeado, a quien definió como galleguista, trazando una breve reseña de su trayectoria política a lo largo de los años.
Paco Lores, natural de O Grove (Pontevedra) llegó como emigrante a Buenos Aires en el buque ‘Entre Ríos’ el 1 de agosto de 1952. En el plano laboral, llegó a desarrollar una empresa metalúrgica en el Gran Buenos Aires, donde formó su familia; teniendo, además, vasta y destacada trayectoria en la colectividad gallega de Buenos Aires.
Posteriormente, presentó a la cantante Lorena Lores quien, a capella, brindó su versión de “Lela”, canción compuesta por Castelao para su obra Os vellos no deben namorarse y también “Alecríns”, cantiga popular gallega, que fue coreada por parte del público presente.
Además, gaiteros y tamborileros ofrecieron pasodoble, muñeira y jota, para deleite de los allí presentes que, incluso salieron a bailar al son de éstos ritmos.
Alfonso Daniel Rodríguez Castelao
Castelao nació en Cabo de Vila, concejo de Rianxo (A Coruña), el 30 de enero de 1886. Cursó en Rianxo sus estudios primarios y, reclamado por su padre -emigrado en Argentina-, marchó a la provincia de La Pampa -entonces territorio nacional-, en 1896, permaneciendo allí, hasta que en 1900 regresó a Galicia con su madre y hermanos, donde algunos años más tarde volvería su padre.
Licenciado en Medicina, en 1909, comenzó a publicar sus primeras caricaturas en Vida Gallega y El cuento semanal.
La influencia de su padre lo llevó a militar en las filas del conservadorismo gallego. En 1910 volvió a Rianxo, dispuesto a ejercer como médico rural, participando en la creación de El barbero municipal, semanario en el que tuvo destacado protagonismo; contrayendo matrimonio en 1912, con doña Virginia Pereira.
Poco a poco se fue alejando de la medicina, y comenzó a colaborar en algunos semanarios de la Galicia peregrina, como La voz de Galicia, de Buenos Aires. De entonces, son sus primeros galardones nacionales y sus colaboraciones en La Esfera, A nosa terra, y El sol. En su obra literaria, que se caracteriza por su tono realista y popular, destacan Os dous de sempre (novela, 1934); Retrincos (narraciones breves, 1934); Os vellos no deben namorarse (comedia con escenografía propia, escrita en 1941, publicada en 1953); Sempre en Galiza, editada por el desaparecido Centro Orensano, de Buenos Aires, que constituye una exposición de sus ideas políticas.
Los años previos a la guerra civil fueron testigos del creciente prestigio de Castelao, que retratara magistralmente la vida popular de Galicia, denunciando agriamente el secular caciquismo, la prepotencia de los poderosos y los abusos de la burguesía, siempre asentada en el esfuerzo, los trabajos y fatigas del pueblo.
La limpieza de sus dibujos reflejaron la opresión de los campesinos, la codicia de los clérigos y terratenientes y la angustia de las gentes condenadas a la pobreza o a la emigración. Publicó varios álbumes, entre ellos Nous (1931), Atila en Galicia (1938), y Milicianos (1940).
Galleguista convencido, en 1936 fue el candidato más votado del Frente Popular en la provincia de Pontevedra, convirtiéndose en un apasionado defensor del estatuto de autonomía de Galicia.
El alzamiento militar del 18 de julio, lo sorprendió en Madrid. Con otros intelectuales y artistas republicanos, en el año 1937 se trasladó a Valencia, donde realizó las estampas de Galicia Mártir. Por encargo de la República viajó, en 1938 a la U.R.S.S. y a Estados Unidos y en noviembre de ese año llegó a La Habana, donde se le brindó un multitudinario recibimiento. En la capital cubana, Castelao era ya uno de los intelectuales gallegos más conocidos y respetados en la colonia gallega, especialmente entre los miembros de la Hermandad Gallega, que agrupaba a los miembros republicanos del poderoso Centro Gallego.
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Castelao ratificó en aquellos días sus grandes dotes de propagandista, reveladas durante la campaña por el estatuto de Galicia, poco antes de la guerra civil.
El final de la contienda decidió definitivamente su exilio. En el año 1940 partió hacia Argentina, recibiendo el cálido homenaje de sus paisanos en la escala de Montevideo.
Entre los años 1940 y 1945 residió en Buenos Aires, con algunos intervalos en México, Montevideo y París. En 1945, volvió a Cuba, tras una reunión de las Cortes de la República, celebrada en México.
A pesar de su trabajo literario, Castelao vivió en América la fiebre política, muy intensa entonces entre la colonia gallega. Una selección de sus cartas, que publicara la revista A nosa terra, nos revela su ideario político y su vida en Buenos Aires. Escribía en 1948, en carta a Alfredo Somoza "Yo que sólo tenía vocación de artista e inclinaciones a la vida sentimental, llevo muchos años entregado oscuramente a nuestra causa, hasta el punto de que ya no me preocupo de mí, ni siquiera de la salud, que se va quebrantando".
En 1946 viajó a París como ministro del gobierno republicano de José Giral Pereira. A su regreso a Buenos Aires, su salud se deterioró en forma alarmante y cayó en una profunda crisis emocional, en la que debe haber influido su falta de contacto con los amigos de Galicia.
Falleció el 7 de enero de 1950, en el sanatorio del Centro Gallego de Buenos Aires, recibiendo un cálido y multitudinario homenaje póstumo.
Sus restos permanecieron en el Panteón del Centro Gallego, del porteño cementerio de la Chacarita, hasta que en 1984 fueron trasladados a la nueva Galicia autonómica, donde descansan desde el 26 de junio de ese año, en el Panteón de Gallegos Ilustres del compostelano convento de Santo Domingo de Bonaval.
Enrique F. Widmann-Miguel (miembro fundador de la Asociación de la Prensa Española en Argentina - APEA)