Después del ensayo, de Ingmar Bergman, en la Temporada de Teatro de Afundación en Vigo
Se trata de la obra más autobiográfica del célebre autor y director sueco y el mejor homenaje a las actrices, actores y directores de teatro. El paso inexorable del tiempo, la decadencia del cuerpo enfrentada a la pulsión de los deseos, la necesidad de actuar por encima de todo y en todos los ámbitos de la vida, los fantasmas de personas y personajes que albergan las paredes del teatro, las relaciones íntimas que acaban invadiendo a esos seres que se atreven a representar las emociones y los dilemas humanos frente a otros seres que los observan, empatizan o juzgan. Con esta obra, el propio Bergman intentaba redimirse, justificarse y explicarse. Toda una vida de éxitos y fracasos, condensada en el momento presente, con sus fantasmas y sus personas de carne y hueso, representadas por la madre y la hija, por los objetos que recuerdan todas sus obras, todas las vidas, y la nueva obra que se vuelve a acometer.
Juan José Afonso llevaba 10 años intentando levantar este proyecto y esperando al elenco ideal. Este año, el gran Emilio Gutiérrez Caba, a sus 74 años, puede presumir de haber transitado todos los territorios que el propio Bergman recorrió en vida: el teatro, el cine, la interpretación, la dirección, los lazos familiares, la exposición al juicio y el rubor de los halagos. La magnífica Chusa Barbero, experimentada mujer de teatro, da vida a la madre y junto a ellos, la joven Rocío Peláez, toda energía y talento, fue la elegida para representar a esa hija frágil, fuerte e inteligente que nació y creció entre bambalinas y que lucha sobre las tablas de un escenario.
Juan José Afonso llevaba 10 años intentando levantar este proyecto y esperando al elenco ideal. Este año, el gran Emilio Gutiérrez Caba, a sus 74 años, puede presumir de haber transitado todos los territorios que el propio Bergman recorrió en vida: el teatro, el cine, la interpretación, la dirección, los lazos familiares, la exposición al juicio y el rubor de los halagos. La magnífica Chusa Barbero, experimentada mujer de teatro, da vida a la madre y junto a ellos, la joven Rocío Peláez, toda energía y talento, fue la elegida para representar a esa hija frágil, fuerte e inteligente que nació y creció entre bambalinas y que lucha sobre las tablas de un escenario.
Gabinete de Comunicación de Afundación