El Arzobispo de Santiago preside la celebración en la que doce seminaristas fueron instituidos Lectores y Acólitos

“No seáis esclavos de nadie. Sólo la Verdad os hará libres. No hace muchos días se publicaba una encuesta en la que se nos decía que el 50% de nuestros jóvenes viven alejados de la Iglesia. Podrán ser más o tal vez sean menos. Pero lo importante es saber que hay un grupo de jóvenes que viven sin sentido la realidad de su vida. Porque quien da sentido a nuestra vida es la verdad de Cristo”, indicaba Monseñor Barrio.
En la celebración de institución de los ministerios del Lectorado y el Acolitado en la Iglesia de San Martín Pinario, el Arzobispo compostelano explicó a los ocho candidatos al Lectorado que han de contemplar la Palabra de Dios como sustento y vigor de la Iglesia. “Comprendedla, poseedla y expresadla con vuestras actitudes de fe, de sencillez, de gratuidad y de constancia ya se os llame al desierto o al Tabor. No seáis nunca predicadores vacíos. Dios ha escondido en su Palabra variedad de tesoros para que cada uno pueda enriquecerse”.
Por otra parte, a los cuatro candidatos al Acolitado les indicó que van a servir en la Eucaristía al diácono, al presbítero y al obispo. “Vais a servir al altar y os convertiréis en hombres del signo, el signo por excelencia que es la Eucaristía, símbolo real de toda la existencia, de todo el ser de la Iglesia que vive de la Eucaristía”, explicó el prelado invitando a los jóvenes a manifestar siempre “su actitud contemplativa y de adoración, haciéndose eco de las palabras dirigidas a Moisés: “Descalza tus pies porque el lugar que pisas es sagrado”.
Tras la homilía, Monseñor Barrio realizó el rito por el que se instituyen estos dos ministerios. A los ocho candidatos al Lectorado les dijo: “Recibe el libro de la Sagrada Escritura y transmite fielmente la Palabra de Dios para que sea cada día más viva y eficaz en el corazón de los hombres”. Los candidatos al Acolitado pudieron escuchar de rodillas delante del prelado: “Recibe esta patena con el Pan para la celebración de la Eucaristía y vive de tal forma que seas digno de servir la mesa del Señor y de la Iglesia”.