Crítica publicada no diaro “La Región”
El pintor ourensano mantiene su firme elaboración de la acuarela a base de lavados sucesivos que le da un énfasis de ensoñación a todo cuanto es objeto de tema. Su preocupación estética estriba en la delicadeza casi sutil del lenguaje artístico.
Se mueve entre los tonos complementarios. Los grises son azulados, los sienas, verdosos; los azules, violáceos, los verdes, amarillentos. Son masas de color entremezcladas, difuminadas y fundidas de tal modo que se confunden para dar tonos nuevos, misteriosos.
Son colores tratados con otros colores en superposiciones muy estudiadas. Es la acuarela que se va convirtiendo en arte a través de sucesivos lavados, llevados a cabo con exquisito mimo para lograr, en cada papel, la mayor perfectibilidad posible, que es la gran inquietud del artista.