Crítica
“Puga do noso Ourense enxertada no Vigo de todos os dinamismos, a pintura de Gonzalo Suarez amóstrase hose no Ferrol racionalista e lírico de Xoahana Torres. E en Ferrol saberá apreciarse, sen dúbida, esta plástica na que os espazos son medidos con sabio canon das proporcións mellores, na que a figuración de formas redondas é definida por un debuxo de forte singularidade, facéndoas nítidas e abarcabeis, e na que, en parte, se amosa unha abstración regulada e feliz.O manexo da color, en planchadas xenerosas e limpas, fala a lingua básica do ocre e das terras, mentres a materia, ben disposta, compórtase conhonradez que nos convence. Pero nada máis lonxe da frialdade nocional que estes cadros que descansan en equilibrio sobre a trabe de ouro do seu sentido profundo: ao contrario, neles hai emoción retida, vivencias represadas que o artista sabe contaxiar a un espectador que pode, asi, entrar nos seus interiores e aló facerse tamén pintura. Madurez, densidades de sentido, potencia íntima: isto é o que Gonzalo Suarez ensina hoxe en Ferrol.”
X. L. Mendez Ferrin, escritor sobre a serie: “En torno ás Mazás”. 1997
“Cruces, pois, unidas aos máis antigos e intrépidos mapas do cosmo; cruces que arden, cruces que dimanan de entre as augas; cruces vermellas e negras, como pantamas da noite; pero con elas, cruces de nítida claidad;cruces que seducen, que intrigan, que fascinan...todas xorden, en perfecta harmonía, nesas ensoñacións que Gonzalo Suarez nos regala, afiuzado, en forma de pinturas meigas. Porque nos cadros que hoxe podemos contemplar, Gonzalo trazou eses sinais cruciformes que ben poderían ser estrelas, rúas que dan a otras rúas e prazas xanelas, mastros e velas inchadas... ¿Cómo non experimentalas, daquela? ¿Por qué non deixarse mergullar no engado? Figuración e/ou expresionismo;collage e abstracción... que ninguén lle poña cancelas á tensión, a esa paixón do artista por explicarse e explicarnos algo tan fondo, tan persoal e colectivo, ao tempo.No ronsel dos trazos albares, pleno de donda madureza, un chega a pensar que, se cadra aí mesmo radica algo fundamental da postura actual de Gonzalo Suarez: se a primeira arte procede da primeria relixión, volver é cruz ben pode ser volver as orixesm indagar no tempo: e indagar aí e, de contado, indagar nas cores, nas tersuras, nos matices, nas avinzas....
“Logo das mazás, as cruces. A cruz xurdía da cerna da mazá no último cadro da anterior xeira de Gonzalo. E é como se todo o sensual, todo o carnoso se inmolasen para arder num lume que se ergue cara espacios nos que morar por sempre.. Con método certo, con técnica firme Gonzalo Suarez pintou ese cruceiro final onde atoparnos anós mesmos: castigo e vida, noites e días... sinais de sempre e para sempre que nos enchen de ledicia cuando se transforman nunha arte, a de Gonzalo Suarez, que sabe engaiolar, ventureira.
Xosé Ramon Pena, 1997, escritor e xornalista de Faro de Vigo. Catálogo “As Cruces de Gonzalo Suárez”.
“Hoy en dia es rara la sorpresa en cualquier ámbito de la vida cotidiana, pero si nos referimos a lo artístico la sorpresa es sorprendente.
Con la cantidad de Ismos, Post.Ismos y Neo Ismos, que se amaloaman en este final de siglo, es fácil que el espectador atento a lo que acontece en el mundo del arte, esté màs que vacunado como para dejarse sorprender.
Por esto, cuando surge un artista de sorpresa, uno se fascina rapidamente y, como una hormiguita con las antenas listas para que no se nos escape el más mínimo espacio, nos aventuramos en un intento de recorrer todo ese territorio difícil y comprometido con la realidad que es la pintura de Gonzalo Suárez.
“Gonzalo Suarez nos muestra en Studio 34 toda una serie de pinturas, la mayoria de ellas monocrómaticas (el blanco, el negro, rodeados por toda una corte de grises, que no quieren faltar a la cita), en donde no hay lugar para esos espacios decorativos, que hoy tanto se ven y tanto se venden..."
“Estos cuadros sin concesiones a la estética de lo bello, me recuerdan a ciertas pinturas en blanco y negro de Robert Motherwell, en la serie “Elegía a la República Española”, o aquellas otras tambien en blanco y negro de Franz Kline, de Wotan, Jefe, etc... No a nivel formal, sino a un nivel de ejecución, intención, proceso.”
Gonzalo Suarez en estas obras se coloca en la línea divisoria entre el gesto puramente abstracto y la mancha figurativa.
La superficie del cuadro se presenta llena de manchas de color -y digo color con toda la intención, pues para algunos artistias el color total es el blanco y negro, ya que son la suma de todos los colores- dispuestas para componer una estructura de masas en donde las transparencias, las densidades y la forma las identifica como imagénes reconocibles, que nos llevan a identficarlas con grandes masas humanas que se desgarran en un grito de insumisión y protestas por un mundo (da igual que pais sean) inhabitable para el hombre.
Estas obra de Gonzalo Suarez son una expresión, un testimonio de solidaridad con los oprimidos.Están cargadas por toda una emeotividad que se traslada desde el autor hasta el espectador.
Javier Blanco Sierra, Profesor de Didáctica da Expresión Plástica, Universidad de Vigo, Catálogo “Realidades”. 1994.
“Gonzalo Suárez, artista orensano de quien hace poco hablábamos de su primer premio de pintura, realiza en estos días una completa exposición en la galería de arte Abracadabra. Lo que muestra en esta oportunidad son sus experiencias con la línea y el claroscuro apelando levemente al color en una que otra obra, algunos pequeños pasteles que, con trazos espontáneo y muy bien entonados, poseen el suficiente misterio como para no recordar lo tradicional, sino que se sitúa en un plazo de búsqueda. En cuanto al resto de la obra que son mayoría en ellas, podemos diferenciar dos caminos que brindan las tintas y los collages, estos últimos en una síntesis formal y colorística y con una increíble exigüidad de medios. Sobre una base de soporte negro hace vibrar el color, en una forma –intencionadamente torpe en su recortado- trabajaba en papel de embalar y completada con carbón y tiza blanca en leves sugerencias dibujísticas. El contemplador se siente atrapado en la magia de esos elementos tan insólitos –por no tradicionales- que actúan por sí mismo, y las sugerencias temáticas (un chaleco, un perro, un caballo, un bodegón, una cabeza, etc…) que por otro lado no evitan trabajar visualmente en el contemplador. Un papel arrugado que no deja de serlo, pero que también es una figura.
“Gonzalo Suarez he llegado aquí a una libertad conceptual que le permite jugar con elementos de desecho para lograr una imagen totalmente distinta, pero sin desdeñar un control sobre lo que surge en su obra, ese control que le permite llegar a una perfecta organización (invevitable en una obra seria) que es el mínimo de técnica que se le puede pedir a un artista.En sus tintas en blanco y negro usa texturas visuales logradas con aguadas e improntas de trapo, papel, etc…, que le permite una extraordinaria riqueza de la susperficie, en unas formas que se reiteran como si fuera el , que sin embargo, encuentra siempre una posibilidad de variación.
Castro Couso, pintor. La Voz de Galicia, 1983.