Crítica
María Fernanda Candal, de lo visible e invisible
La obra pictórica de María Fernanda Candal, emplea el color para introducirnos en sus estados de ánimo, en sus mundos reales y los situados en otras dimensiones que no son visibles.
La facultad de la artista pintora radica en ir más allá de la realidad, de la descripción, buscando, en su lenguaje personal, expresivo, intenso e interior aquellos factores que no se ven pero que están ahí y nos influencian. Todo lo que existe posee idiosincrasia propia, se fundamenta en una determinación evidente, en la búsqueda de la visión dual de un mundo como el nuestro que está formado por espíritus, almas, paisajes, vibraciones, energías, formas geométricas, naturaleza, orden y caos. Cuando refleja los paisajes se basa en la dinámica de la percepción de la vitalidad contenida en la formulación magistral escondida en el marasmo del color, en la intensidad cromática e insistente de los tonos, ámbitos de constatación de frecuencias y asunción de responsabilidades que se sumergen en la diatriba de la visión. Lo espiritual y mágico esta con nosotros, porque somos Yin y Yang, arriba y abajo, positivo y negativo. Allí donde resalta la materia está la magia, donde reverdece la guerra, se halla la paz, donde triunfa el demonio están los ángeles. De forma muy sutil, pero muy clara, María Fernanda, nos habla de aquellas experiencias, estadios, estados de la conciencia, de los canales de conexión, de la verdadera complementariedad de la vida. Lo que existe es producto de la visión del alma, todos estamos iluminados, unos más que otros, otros más que unos, pero la esencia es la misma, lo que ocurre es que hay que saber adivinar el origen. La creadora plástica sabe que en mitad de la naturaleza, en el silencio de una puesta de sol, de un cielo dominado por violetas, de un remanso del río, del fluir de las cantidades exorbitantes de agua, se encuentra la propia evidencia de la perennidad de la existencia. No hay nada definitivo porque la visión de la evolución descansa en la evidencia de creer en la iluminación interior. Si no todo lo existente es sutil, falso, formal, aleatorio, sujeto a un cartesianismo sin rumbo, porque no puede haber más falsedad que el pretendido filón de lo concreto. Lo real consecuente es la visión de lo aleatorio, del movimiento, de la transmutación permanente pero diversa. Mientras que lo cartesiano es tratar de fijar una visión constante, a partir de unos conocimientos limitados, que, a su vez, se basan en experimentos e hipótesis válidas en determinadas condiciones pero no en otras. De ahí que María Fernanda Candal trate de lo visible e invisible, de la polarización contenida en un sutil paisaje, en los cielos cromáticos llenos de mágica intensidad, o bien de la determinación existente en la visión de una realidad que, más allá del poder del dinero y de lo físico, radica en la voluntad de iluminación de las almas. El color predomina, buscando la expresividad necesaria, dentro de un planteamiento que acaricia la sensibilidad y que se basa en los sentidos, estando la técnica subordinada a su percepción intima de la existencia y no al revés. Es decir que lo más importante para María es la facultad de percibir aquello que no se ve pero que existe a partir de los sentidos y la meditación, fruto de instantes extraordinariamente perceptivos en los que se transmuta y logra conectar con lo invisible.
Joan Lluís Montané, Asociación Internacional de Críticos de Arte.
INQUIETUDES
Vuela que no vuelas,
Ruge, rompe, estrella,
En roca firme
Espuma blanca, furia ciega.
Y duele la vida…
Ella se aleja,
Rebelde la traes,
Todo lo envuelve.
Amarillo leal,
Luz viva y doliente,
Mami, ¿dónde estás?...
Ahí emerge su simiente.
Y, clamas con tu trazo tu rabia,
Tu dolor, tu venganza,
Tu Amor.
Y vuelves y vas,
Rompes y creas.
Puertas.
Sales, entras.
Es blanco, es negro
Y en el medio,
La Libertad
Sin color, ni definición
Sin rol.
Libre en su totalidad,
Brota serena
Humilde sabedora
Tu alma añora.
Tren que pasa y es pasado
De sus estaciones encauzado
Un movimiento, un andar.
Y es tu reverencia azul
Intensa y honesta… como tú.
Construyes vaciando
Creas simplificando
Lejos de simple
Es apacible por lo sencillo.
Y es fruto de tu arte, tu dominio.
Pinceladas nunca fugaces
Que prenden como surcos,
En éste y en aquél,
Plasmas fuego,
En lienzo y en papel.
Barca amada,
“Tú Siempre Estás”,
Acogedora en su paz
De tu oleaje y tu sombra
Ampara y espera
Tu llegada, una tromba.
Las Cerezas.
El Reto.
Las Cerezas.
El Ego.
Las Cerezas.
La Vida.
Las Cerezas.
Supervivencia y el triunfo.
Esencia de España
La pasión
El torero
Su Amor
Nelly
Alegres pinceladas de sueños
¿Contradicciones? No, alucinación, esquizofrenia violentando la tela. Con trazos singulares Maria Fernanda Candal construye lo cotidiano las pinceladas no son alegres y ni tristes ellas, simplemente retrata lo cotidiano, movido por los sueños de hablar del equilibrio como la base de la felicidad. El comerciante dará a los colores el fantasma de Dios. En sus diseños, como en nuestros retratos en las pantallas de los móviles de todos nosotros, la muerte desaparece para que podamos comprender la idea del “acontecer”. En el proceso de creación ocultamos el “temor de la muerte pérfida que nos escolta”. No obstante, en los lienzos, en la poesía y en el teatro reencontramos con la fuente de la vida porque en la Era Neoliberal el arte deja de ser la fuente de la vida para apostar en el mercado. No escribo sobre el “lienzo de un artista” como ganancia que alimenta un sistema político perverso. Los partidos políticos hoy son fábricas de miserias; y también anulan a emoción y lo poco de dignidad que sobre el ser humano. Todo es posible, solo el ser humano es imposible. En este lienzo transborda de flores y peces. Encuéntralos? El arte enseña lo oscuro, sin lógica por que el artista no es físico, ni matemático y tampoco político. María Fernanda Candal confiesa en sus lienzos su deseo de unidad. Como una arqueóloga que rehace la ciudad de una columna encontrada, de una pintura, con los fragmentos reunidos en su buscada reforma la unidad. El mal del siglo XXI es el miedo delante del dinero. Ni los artistas escapan a esa fascinación horrible. Parece que el artista quiere “liquidar” la humanidad. Los artistas hoy están más preocupados con el espectáculo, más que con el lenguaje de la obra. Por eso, las columnas de crítica de los periódicos escriben sobre los personajes de la política que fueron en la inauguración de la exposición. El lenguaje y las obras han sido ofuscadas por el espectáculo. ¿Cómo María Fernanda Candal quiere exprimir las inquitudes esenciales de nuestro tiempo? En su pintura aún predomina la fuerte gramática académica. Sin embargo, ella pone un reto para si misma de superar la banalidad de la vida cotidiana. El tema es muy actual e intenta sintetizar la intolerancia delante de las diferencias sociales existentes entre los seres humanos. Lo que me preocupa es la humanización de la pintura. ¿Cómo reconciliar el espectador con el buen arte y así evitar que con ello se acerquen los comerciantes de pinturas? La obra de arte perdió el contacto con la vida, y se transformó en moneda de cambio. Lo que es mas importante en las obras de Maria Fernanda Candal no son las coincidencias de técnicas con la de los grandes maestros europeos y, si las innovaciones y las originalidades. María Fernanda Candal logró introducir en la geometría cubista algo tan difícil como la esencia poética expresada en el inicio de este siglo. Después de ver Guernica, en el Museo de Reina Sofía, en octubre de 2006, yo puedo afirmar con seguridad que ninguna pintura destinada a humanizar a la sociedad funcionará sin antes no hay una mayor distribución de renta en el mundo, porque los temas de las pinturas nacerán de la miseria, obra maestra del capitalismo neoliberal. En cada pincelada de Candal percibimos una estética brutal que desagrada, es su pintura paradigma de la globalización que demandó un compromiso en su mirar sobre el hombre. Después de mirar los lienzos de María Fernanda Candal, percibí que las muertes acumuladas por las guerras son la solución para los problemas sociales instituidos por los “sistemas políticos” con “globalización”, con “Era Neoliberal” y con toda miseria que acumulamos, la vida es una orden… Solamente la Vida, vida sin mistificación, su Orden en el Caos es pura poesía…
Estar delante de una de sus telas, es estar frente a la vida, al mundo y a nuestra vida la artista sufre porque necesita encontrar una lenguaje que nos salve del miedo. Como escribió el escritor de Uruguay Eduardo Galeano, en un hermoso texto “La democracia tiene miedo de recordar y el lenguaje tiene miedo de decir”. Hoy la mayoria de los artistas tiene miedo de decir porque el valor del lienzo, en las grandes subastas, echó abajo el lenguaje y, María Candal acude desesperadamente a los fragmentos de lenguajes para reencontrar la unidad.
Magno Fernández dos Reis, xornalista, crítico de arte e profesor (2007).
En tiempos de grandes incertidumbres María Fernanda, a través de su obra original y de gran colorismo, observa y pinta deteniéndose con fruición en cada pincelada. Defiende sus valores desde la particularidad de su estilo y de su asombro ante la materia pictórica. Se transmite de su sentir, de su ímpetu y arrojo la necesidad de crear una imagen que sea expresión de vida, de transformar la materia inerte en algo viviente. Un afán que late en el verdadero artista y María Fernanda mi compañera y amiga, lo es.
Carmen Senande (2006)
MARÍA FERNANDA EN EUROSTARS
Son innumerables las exposiciones de pintura que se celebran en Coruña, fruto de la inquietud artística que reina en los medios coruñeses. Ahora expone en Eurostar Ciudad de Coruña Hotel la coruñesa María Fernanda E. Candal y Tapia, quien nos dice que lo primero que ven sus ojos y recuerda es un magnífico paisaje marino con el Castillo de San Antón, y su primer contacto con la pintura fue con Felipe Criado cuando todavía María Fernanda estudiaba el bachillerato. Y años más tarde es cuando descubre la “magia artística” con Antonio García Patiño y conoce a Carmen Senande, pintora y escultora, la que la anima a seguir con la pintura. Es el año 1979 y desde entonces no ha parado en su quehacer artísticoy hasta la actualidad. Entiende el arte de Apeles como algo que sirva para desarrollar emociones, sensaciones y pensamientos. La pintura es para ella personal, entusiasta y expresiva. Y comienza a exponer a finales del pasado siglo. Ella ha llegado al arte por el arte como en su “Egipto” con figuras geométricas piramidales. Sobrepone al más estilo cubista varios planos de visión y mancha el lienzo con reflejos lumínicos inexistentes. Ello nos traslada a una pintura moderna, abierta, atrevida hasta llegar a una mezcla de estilos: impresionismo, cubismo, expresionismo y suprematismo, fruto de su creatividad y talento. Nada tiene de extraño porque María Fernanda es licenciada en Historia del Arte y conoce todos los estilos pictóricos que han existido a través de los tiempos.
Rodríguez Maneiro
“El Fénix” ave que renace de sus cenizas, juego näif, pequeña travesura de la artista en esta exposición, resta dramatismo y permite banalizar la significación de lo representado. No hay una ruptura con su obra anterior: mantiene la pasión, el uso del color para guiar nuestro ojo, y añade líneas perspectivas en edificios y paisajes, que más que sosegarnos nos intranquilizan, pero que igualmente permiten que, desde lo conocido, el visitante se rodee de elementos de seguridad: campos, flores, edificios... complementados con cielos imposibles, terribles, siniestros que rivalizan con los edificios cerrados en si mismos, o con vallas sin fin, o con ropas tendidas en un lugar agradable, pero que tras un leve estudio se revela inhóspito. Pero junto a esto, aparece ahora la artista, ARTISTA con mayúsculas, aquella que se vale de la técnica pictórica y de su conocimiento del arte para hacer aquello que quiere, sin más pretensiones que la autosatisfacción, que el disfrute, que el puro goce estético. María Fernanda Candal y Tapia ha llegado al arte por el arte, y así nos lo muestra en su “Egipto”, donde en realidad no hay nada que nos lo recuerde salvo la existencia de figuras geométricas piramidales, pero no son pirámides, sino eso: figuras geométricas. Nos sobrepone al más puro estilo cubista diferentes planos de visión, colorea y “mancha” el lienzo permitiéndose crear reflejos lumínicos inexistentes. Disfruta, y se ve, del dominio amarillo del primer plano y de los matices cromáticos del fondo, de las manchas de color, estudiadas, meditadas y trabajadas; disfruta, y se ve, de la utilización de diferentes técnicas artísticas; disfruta, y se ve, del resultado de su experimentación. Llega en un juego irreverente a la mezcla de estilos: impresionismo, cubismo, expresionismo, y casi diría que suprematismo. Pero sobre todos ellos destacan, sin duda alguna, la creatividad y el talento.
María del Mar Fernández Corral, Lcda. en Historia da Arte.