Crítica
O ILUSTRADOR DA NATUREZA
Calros (asina sempre así, co r metatizado), como un novo Ero de Armenteira, anda polos bosques paseniño, sen facer ruído, cargado de carretes de fotos e cadernos de campo, e bota centos de horas acochado nas marabillas do paraíso dos ríos Belelle, Eume e Sor, ou dos laos Doniños, Valdoviño e Baldaio. E vai ás aves, seus amigos, como ían as mozas do tamén ferrolán Fernando Esquío. E cando ven durmir a Catro Camiños, leva nos seus petos tódolos paxariños do país, así araos, arceas, biluricos, curuxas... con tódalas súas cores e formas, apreixadas polo miniador calado e minucioso, sabio e profundo que el é. Quen chega a velos, nunca máis deixa de amar a natureza.
Xulio Cuba, Hércules Coruñés, 1994.
A Calros Silvar cualquier lápiz, pincel espátula, flomaster, barra o pluma le vale para expresarse dibujando y pintando con las más diversas técnicas mixtas. Y está en lo cierto, ya que nada obliga al artista a que se limite a cánones establecidos de dicción plástica. Por el contrario, estamos convencidos mezclar, superponer, amalgamar colores y materias trazos y ráfagas, puntos y líneas, es el método -paradójicamente nada metódico- de alcanzar resultados sorpresivos e inquietantes; sugeridores y preñados del misterio que la recreación del espectador significa en todo lo que tiene de personal, original y libre. Es la búsqueda imposible de la fórmula mágica, por el camino de las posibilidades infinitas, en el que cada hito, cada cuadro, es algo totalmente nuevo y distinto.
Calros Silvar está iniciando ese difícil caminar explorativo por el mundo del arte, y sus primeros pasos son valientes. Son pasos decididos sin más, por su intuición y sensibilidad, que hacen caso omiso de los indicadores que anuncian manidas rutas de renuncia a la propia y anárquica voluntad, que debe presidir el quehacer de todo artista auténtico.
Carlos Perille
No conocíamos la obra de este magnífico dibujante que trabaja como diseñador de las cerámicas de Sargadelos y El Castro y que, no obstante ser licenciado en Bellas Artes y polífico ilustrador de libros, no es apenas conocido en Madrid. Lo cual es una lástima, pues posee un gran talento, facilidad, estilo y 'buen hacer'.
Javier Rubio
(...) Calros Silvar, elabora su obra con toques de lápices de colores, acuarela, sanguina y gouache, por lo que un conjunto dibujístico merece los honotes de la pintura y el espectador, absorto, queda aprehendido en un conjunto artístico que sólo puede ser calificado como magnífico. (...)