Crítica
Los poemas-objeto de Agustín Espina
Agustín Espina, artista plástico, poeta, diseñador gráfico, combina en su obra escultórica, en sus poemas-objeto de pequeño formato, tallas de madera con poemas. Son objetos-poema, o poemas-objeto, que surgen del alma de la madera, a la que confiere color, imprimiéndole carácter, fuerza, voluntad y determinación. Una determinación de poeta, que hunde sus raíces en los prolegómenos que le conducirán al interior del material, que no es otra cosa que un viaje sustancial hacia las entretelas de la naturaleza.
Poeta de verbo dinámico, romántico trovador, sensual y acariciante, pero, a la vez, austero en el tratamiento de la elipsis, austero también en las metáforas, pero ágil en el entresijo de la estructura, aborda las palabras con musicalidad alada, comunicándolas con alegría efervescente a su producción de madera tallada.
Son objetos íntimos, que surgen del interior del corazón, en una época de gran complejidad, de síntesis de teorías, de predominio tecnológico. Aunque el alma de artista, la determinación del artesano, la perfección del diseñador que diseña con la vista, que se sumerge en el desarrollo del objeto, también se basa en la mente sabia, inhalándole fragmento de vida, retazo de vivencia expresada a la madera, cromáticamente vistosa, porque apoya la expresión emergente del color más sustancial. Y ello le permite poner proa hacia la propia navegabilidad de quien construye geometrías formales, estructuradas en la voluntad del ser, configurando en su conjunto el sentimiento en grado superlativo.
Uno de sus grandes aciertos es el asentamiento del color en este contexto para imprimir voluntad a la escultura de madera, es decir que asienta el sello del carácter que persiste entre las aguas de trasparencia idiomática plástica, porque lo más importante es la determinación de la expresividad, la sensibilidad oculta en el símbolo que emerge majestuoso.
Es poeta de la madera, artista plástico de la palabra, diseñador de ideas, que comunica con fuerza, porque es la potencia del fuego el que guía sus pasos, cual músico del cuarteto de jazz, empeñado en una dinámica de fortaleza inusual.
Sus maderas son de una sensualidad expresiva acusada, talladas con detalle, sin buscar virajes toscos, alejándose de la grandilocuencia de resultados, buscando la aproximación al mundo interior que ofrece al espectador a partir de poemas que brotan con naturalidad cual setas en un bosque después de la lluvia.
Sus poemas son las entretelas de la madera escultórica, siendo el resultado de la estructuración explosiva serenada, evidenciando una actitud plástica multidisciplinar que reconvierte la unicidad en diversidad sutil, emancipada de determinismos.
Joan Lluis Montané, pertence á Asociación Internacional de Críticos de Arte, Asociació Catalana de Crítics d’Art, Asociación Española de Críticos de Arte e Asociación Madrileña de Críticos de Arte.