Crítica
Estamos una vez más ante la posibilidad de contemplar muy buena pintura
La reciente obra de Carlos Vello muestra al artista con una extraordinaria fuerza expresiva. Una abstracción total en la cual se ven aún los dos o tres caminos por los cuales busca el pintor, sin embargo hay entre ellos una gran unidad. Todos muestran la perfecta organización del cuadro en un modo pictórico que parte del gesto, es decir del movimiento vital del artista para extenderse con la herramienta, la materia y el color por la superficie del cuadro con extrema energía. Movimientos curvos en diagonal que ofrecen una gran fuerza y dinamismo a la obra, con coloraciones casi monocromas, con leves acentos de color contrastante a lo cual vigoriza con contrastes de valores, es decir claros y oscuros del color. Sin embargo creemos que ha encontrado su mejor camino en las pinturas donde los movimientos rítmicos no son tan paralelos provocando cierta monotonía, sino donde el pincel se mueve en direcciones siempre diferentes, creando un clima menos geométrico pero más orgánico, es decir, menos frío, más anímico, más mágico, chispeante donde luces y sombras juegan en un constante contrapunto, lo cual ayuda en la contemplación al crear constantes zonas de interés pobladas de sugerencias. Un mundo vital, dinámico, misterioso, es el mundo cierto, auténtico, extraído de las profundidades del ser es el que ahora ha descubierto y esperamos que se sumerja en todas sus posibilidades, el pintor orensano, Carlos Vello.
Castro Couso, La Voz de Galicia, Vigo
Debemos centrarnos en la nueva etapa del pintor orensano, en su actual hacer. Y no resultará fácil a los formalistas captar la vida, tremenda y alucinante, que las pinturas de Carlos Vello encierran en esas llamaradas de color. Parecen caprichosas, sin propósito determinado, pero si tal las juzgásemos, nos equivocaríamos. Porque esas formas curvas envolventes, formadas por gamas de colores encendidos de rojos y amarillos, o ensombrecidas de verdes, con destellos de vagas claridades, poseen una función no sólo meditada, sino trascendental.
J. G. Navarro, La Voz de Galicia, Ourense
De Carlos Vello, conocía su pintura naturalista descriptiva y también sus cuadros simbolistas. Él es un pintor en constante evolución con todas las capacidades necesarias para el ensayo(...)
(...) Vello hace ya tiempo que dio un cambio profundo y su arte dejó la figuración para investigar en la abstracción. Sus pinturas entran para mí en el movimiento de la Action Painting (conocida en Europa como Abstracción Gestual) siempre paralelo al expresionismo abstracto. Pintores como de Kooning, F.Kline, Pollock, etc... fueron los grandes gestualistas.
En su lectura o contemplación aparece el tachismo (mancha) en muchos de sus lienzos.
Este Arte de Acción potencia la actividad expontánea y la enajenación subrealista de la emoción en un puro accionismo improvisado e imaginativo que aflora en Carlos Vello automáticamente, sin sentido racional. Este arte lúdico y expontáneo elimina por completo toda la capacidad crítica de reflexión...
Este arte vital trasciende como una parte de la vida misma, por tratarse de un proceso vital que integra a la pintura con el tiempo vivido...
Xaime Quessada