Crítica
“El paisaje es el único tema de esta colección, tema que Rielo trata con meticulosidad, con un sentido impresionista tendente hacia un lirismo plácido, en busca de la belleza que se encuentra en la misma composición”.
Alvarado
“Es una muestra sumamente agradable, por su belleza de líneas y temas, dentro de la ortodoxia tradicional y hasta con claros matices románticos”.
Jerónimo Navarro
“Lo característico, y por ello típico de Pérez Rielo, es, primero, que sus óleos son producto de una concienzuda y parsimoniosa manufacturación, definiendo cada volumen con rasgos suaves, y una concepción casi puntillista, que ayuda a crear una mayor sensación de -estampa bucólica-…”
Sánchez
“Para él con sólo matizar dos colores (blanco y castaño), logra una gama dentro de la policromía de los grises digna de mención que soy incapaz de plasmar en cuatro líneas. Esa armonía que imprime a su obra es relajante, hasta el punto de entroncar al siglo XVIII con finales del XX”.
Arturo Montera Zapico
“Es la obra pictórica de un artista autodidacta y subjetivo, artesano del medio expresivo. Casi expresionista en su readaptación singular a la realidad física, de la mano de un estudiado código de líneas y trazados”.
Santiago Romero
“Son obras sumamente delicadas, nostálgicas, suaves, logradas a merced a unos pinceles magistralmente manejados por el artista”.
Rodríguez Maneiro
“A la monocromía tonal une el personal modo de ejecutar los temas, que consiste en valorar, con toques breves y en relieve, los primeros términos, casi siempre verticales, para emplear los largos planos horizontales en la estructuración de terrenos, zonas de aguas y lejanías, mientras deja a la espátula la constructiva labor de representar grupos urbanos”.
J. Trapero Pardo
“Pudiéramos concretar diciendo de los cuadros de Rielo:
De valles tan fondos
tan blancos y negros
que as penas se calman
non máis que con velos”.
Pepe Galiana
“Gonzalo Pérez Rielo… más que intentar reflejar un paisaje, intenta reflejar su mundo interior en un lienzo, un mundo interior lleno de melancolía típica de los gallegos, y se ve reflejado, con una pureza excepcional, a través del uso de las tonalidades grises y una captación poética que muy pocos consiguen”.
ALF, La Voz de Avilés.
“(…) Estas obras de arte que como islas imaginarias flotan rodeadas de realidad por todas partes, constituyen algo así como una apertura hacia la ensoñación, que se abren en nuestro contorno real prosaico y materialista, como una ventana que el artista nos brinda para adquirir una extraña palpitación anímica hacia otro mundo, hacia otras cosas de las que debemos de gozar en puro deleite”.
Narciso Peinado
“Introducirse en el mundo pictórico de Rielo es perderse en un impresionismo monocolor que modele nuestros sentidos de tal forma que, cuanto vemos, miramos y observamos es un cúmulo de realidades y sensaciones.”
Mayte Suárez
“Rielo es un pintor de paisajes, más que de paisajes reales, de paisajes imaginados. Es como un autor de escenarios, un creador de fondos, en el que las figuras tiene que ponerlas el espectador”.
R. Vilaseca
“Rielo es uno de nuestros pintores más entrañables por su humanidad. Quizás por eso -entre otras muchas razones- quienes nos honramos con su amistad, gustamos tanto de su pintura”.
Xulio Xiz
“Y en ese estar dando testimonio de la más pura realidad, va creando por sus cuadros románticos espacios donde se conjugan, delicadamente, elementos rítmicos como de estar componiendo los pinceles su propio cántico espiritual de -valles solitarios-, de -ríos sonoros- y -música callada-, rememorando al santo poeta de Fontiveros”.
Luis de Blas
“¡Color!; siempre altivo y arrogante, atributos perennes en tu condición, has de saber que puedo hablar sin tu ayuda, y ver más allá de tus ineludibles garras, sin escuchar al fin, el atronador chillido de tu alma”.
Antonio Paños Sanmartín
“As súas obras, cun pardo monocromatismo maxistralmente tratado, suxírennos todo un mundo de ensoño e de ilusión, que na maioría das ocasións confúndese cunha realidade fantástica na que non nos importaría perdernos para poder respirar unha pouca da serenidade que manifestamente nela se reflicte”.
José Antonio D. Escolante